Este niño refugiado vivía con su familia en la ciudad Kurda de Kobani al norte de Siria, que en estos momentos se encuentra dominado por el estado Islámico del que tanto hemos escuchado en los últimos tiempos (ISIS); El niño y su familia huían de los horrores de su pueblo, para desgracia de él y su hermano la embarcación donde escapaban se volcó, y su padre su única salvación no pudo salvarles.
En el mar habían doce cuerpos y Aylan era el menor con 3 años de edad.
Su padre narró a los medios como sucedió la tragedia, que a pesar de sus esfuerzos los niños se escaparon de sus manos, diecisiete personas subieron a la embarcación desde Turquía donde el mar no les permitió un viaje largo, los devolvió de donde venían impidiéndoles llegar a Grecia que era su soñado destino.
Medios afirman que muchos países han rechazado el aceptar a los refugiados como ellos, por ejemplo Canadá donde esta familia tenia familiares les negó su traslado, lo cual empeoró la situación y los hizo tomar la decisión que acabaría en tragedia.
Muchos medios publican las crudas imagenes y lo que se vivió allá pero eso no es lo que importa, la muerte es trágica y muy triste, pero se pudo haber hecho algo y por eso este niño representa al mundo y la impotencia de todos nosotros.
Han habido tragedias con niños desde hace mucho, esta no es la primera puedo destacar como ejemplo a la niña de una edad parecida que murió en un hotel de México ahogada en una piscina por su padrastro, estoy seguro de que estos dos ángeles murieron de una forma espantosa que nadie merece. ¿Pero donde estamos cayendo como humanidad? Donde todos velan por sus intereses sin importar los demás, donde en un país como España se celebran cosas como la tomatina o el festival del vino donde desperdician mucho de este recurso, y no quiero abrir un tema que no tiene caso quiero hacer ver los contrastes de la población, donde en un lado del mundo las personas y los niños mueren de sed y casi nadie le importa y donde en el otro lado del charco la gente se lanza alimentos y deja rodar por las calles miles de litros de vino y demás. ¿Que hemos hecho mal? ¿En realidad avanzamos?
Estamos para ver la foto del niño en todas las portadas de periodicos alrededor del mundo y entristecernos momentaneamente, pero es hora de que comencemos el cambio nosotros mismos, ayudemos con nuestro grano de arena a la humanidad, nosotros podemos ayudar, hazlo cuando puedas con quién puedas y además de la satisfacción, cuando sea nuestro turno de partir de esta tierra, sabremos que la muerte del niño y de muchos más hizo al mundo tomar conciencia de lo que hemos hecho mal.
SOMOS UNO/ WE ALL ARE ONE
Pido discreción al ver las imagenes del video a continuación
Niño Aylan Kurdi yace en playa Turca (Ventana nueva)
“El barco se
hundió porque varios se levantaron. Yo sostenía la mano de mi mujer… mis
hijos se me resbalaron de las manos (…) Estaba oscuro y todo el mundo
gritaba. Por eso no pudieron oír mi voz ni mi mujer ni mis hijos.
Intenté nadar hasta la costa siguiendo las luces, pero no pude encontrar
a mi mujer y a mis hijos una vez en tierra”.
“El barco se
hundió porque varios se levantaron. Yo sostenía la mano de mi mujer… mis
hijos se me resbalaron de las manos (…) Estaba oscuro y todo el mundo
gritaba. Por eso no pudieron oír mi voz ni mi mujer ni mis hijos.
Intenté nadar hasta la costa siguiendo las luces, pero no pude encontrar
a mi mujer y a mis hijos una vez en tierra”.
vivían en la ciudad kurda de Kobani, al norte de Siria
vivían en la ciudad kurda de Kobani, al norte de Siria
vivían en la ciudad kurda de Kobani, al norte de Siria
vivían en la ciudad kurda de Kobani, al norte de Siria
vivían en la ciudad kurda de Kobani, al norte de Siria
vivían en la ciudad kurda de Kobani, al norte de Siria
vivían en la ciudad kurda de Kobani, al norte de Siria
vivían en la ciudad kurda de Kobani, al norte de Siria
a las 2 y 50 abren b
a las 2 y 50 abren b
a las 2 y 50 abren b
a las 2 y 50 abren b
“El barco se
hundió porque varios se levantaron. Yo sostenía la mano de mi mujer… mis
hijos se me resbalaron de las manos (…) Estaba oscuro y todo el mundo
gritaba. Por eso no pudieron oír mi voz ni mi mujer ni mis hijos.
Intenté nadar hasta la costa siguiendo las luces, pero no pude encontrar
a mi mujer y a mis hijos una vez en tierra”.
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